Del Monsacro a Tierra Santa

El grupo Vestigia en Morcín halla nuevos datos «de una etapa histórica del monte santo que estaba oculta», del siglo XII hasta el XVI
Desentrañar los misterios e historias ocultas que todavía guarda el Monsacro, el monte de Morcín, y sus dos templos románicos, La Magdalena y Santiago. Con este objetivo nació el grupo de investigación histórica Vestigia, que ha ido desempolvando antiguos documentos gracias a una ardua labor de búsqueda y de análisis documental. El último hallazgo lo califican Natividad Torres, Ana Rúa y Álvaro Luis González como «emocionante» y arroja luz sobre una etapa muy larga «que va desde el siglo XII hasta el XVI», de la que «apenas consta documentación». Han encontrado textos que apuntan a una conexión de esta ermita de Santiago, antes llamada de Santa Catalina con otro templo que se emplazaba en el Monte Sinaí, en Tierra Santa.
Torres apunta a que todo surge porque se han encontrado referencias escritas sobre la existencia de un ermitaño en el templo 'de arriba', la ermita que aquel momento se conocía como ermita de Santa Catalina». Gaspar es el nombre del hombre que habitaba en lo alto del monte y los textos lo datan allá por el año 1419. «No teníamos información alguna acerca del Monsacro de este periodo», declara la presidenta de Vestigia.
Todo parte de un descubrimiento anterior: la figura del fráter Rodericus. Desde la agrupación se defiende la hipótesis -se sigue investigando- de que se trata del obispo Rodrigo de Oviedo (1175-1189), «quien pudiera ser el constructor de la torre románica de la Catedral, que con su traza particular podría relacionarse con la capilla octogonal del Monsacro». Son muchas las pistas que han encontrado gracias a unas bulas papales, firmadas en Florencia en 1419 por Martín V. y el grupo sigue tirando del hilos de este nuevo hallazgo encontrando «sorprendentes conexiones». Todo comenzó, explica, con una mención que hace este Papa de un antiguo puente que había en Mieres llamado puente de Santa Catalina.
Todos estos avances en la investigación histórica van a ser compartidos con la Universidad de Oviedo para «hilvanar» sucesos que ahora pueden parecer ajenos «a la importante actividad de los templos».